LA REFORMA DE LAS PENSIONES: NUEVO ATAQUE A LA CLASE TRABAJADORA

LA REFORMA DE LAS PENSIONES:

NUEVO ATAQUE A LA CLASE TRABAJADORA

En el día de hoy Gobierno, Patronal y los sindicatos amarillos CCOO y UGT firman la reforma de las pensiones que va a traer nuevos retrocesos para los derechos de la clase trabajadora. La patronal, su gobierno lacayo con el ministro de Inclusión y Seguridad Social José Luis Escrivá a la cabeza y los sindicatos amarillos y vendeobreros CCOO y UGT han llegado a un acuerdo que solo beneficia a los empresarios y que supondrá, una vez más, recortes a una maltrecha clase trabajadora que va perdiendo todos sus derechos a una velocidad alarmante.

Solo bajo el capitalismo puede tener sentido una barbaridad tal como es aumentar la edad de jubilación mientras el paro juvenil alcanza la cifra del 38%. Así, para 2050 el Gobierno busca retrasar en dos años la edad efectiva de jubilación, que actualmente ronda los 64 años y medio. La legal llegará a los 67 años en 2027. ¿Cómo es posible que el sistema necesite que los trabajadores y trabajadoras más mayores sigan trabajando si los más jóvenes no tienen trabajo? ¿Cómo es posible que se amplíe la edad de jubilación de los trabajadores y trabajadoras cuando la automatización de la producción aminora la cantidad de trabajo humano necesario?

La realidad es que el sistema no necesita que estos trabajadores y trabajadoras más mayores sigan trabajando, sino que no puede pagar sus pensiones porque el sistema capitalista está en clara descomposición y quebrado, por lo que el Estado debe endurecer paulatinamente los requisitos (años cotizados, edad de jubilación, etc.), para reducir el número de pensiones que paga, requisitos que la precariedad hace imposible cumplir a cada vez más trabajadores y trabajadoras. La deuda del Estado alcanza ya el 125,3% del Producto Interior Bruto (PIB), lo que supone un nuevo récord -no solo en términos absolutos, una cifra que no se veía desde 1881, según la base de datos histórica del Fondo Monetario Internacional, tras alcanzar los 1,392 billones de euros (máximo histórico)-, y un nuevo hito en términos relativos.

Desde que comenzó la pandemia en marzo de 2020, la deuda pública se ha disparado en casi 170.000 millones de euros, un salto sin precedentes en las últimas décadas, motivado en buena parte por los ERTE,s, que ha supuesto el ahorro de los empresarios de los salarios de los trabajadores y trabajadoras durante la pandemia.

El “Gobierno más progresista de la historia” ha decidido que la clase obrera se pague a sí misma el salario, arruinando aún más si cabe las arcas del Estado, y por tanto la sanidad la educación los cuidados… para ahorrárselo a los empresarios, y ahora que no hay dinero porque se lo han dado a éstos– donde cada día hay más multimillonarios -, se reducen las pensiones de jubilación.

Sin embargo, la Seguridad Social sí ha aceptado sufragar el 75% de la cotización empresarial en las bajas por enfermedad común de mayores de 62 años, lo que nos indica claramente que el dinero que hay se lo sigue llevando la patronal mientras que la parte destinada a los trabajadores y trabajadoras -como las pensiones- se reduce de forma drástica y continua.

Este pacto, que es una auténtica vergüenza, solo busca reducir las condiciones para que la clase trabajadora -que llevan toda su vida trabajando sin descanso, pues sin trabajo no tienen nada- tenga cada vez más difícil acceder a la pensión de jubilación mientras los jóvenes viven en la miseria sin poder encontrar trabajo.

Con esta reforma se retrata el sistema capitalista por entero y todos sus agentes. El autodenominado “Gobierno más progresista de la historia” endureciendo las condiciones para la jubilación y dando más dinero a la patronal, los sindicatos CCOO y UGT vendiendo una vez más a la clase obrera con su firma al objeto de servir al Estado de los empresarios que es el que les subvenciona, y la patronal, que vuelve a llevarse un tremendo trozo de pastel mientras a la clase obrera nos van dejando sin nada.

Este Gobierno, en el que participa Podemos e Izquierda Unida-PCE junto al PSOE, no solo no ha derogado la reforma laboral, tal y como se comprometió a hacer, sino que se embarca en esta nueva reforma para recortar las pensiones, para recortar aun más los derechos de los trabajadores y trabajadoras.

El Gobierno regó con dinero público a las empresas con motivo de la pandemia mediante el Real Decreto-ley 8/2020. Este Real Decreto-ley movilizó 117.530 millones de euros de dinero público, de los que para el pueblo trabajador, incluyendo aquí las partidas de investigación científica contra el coronavirus, fueron 5.330 millones de euros mientras que para los empresarios se destinaron 112.200 millones de euros. Es decir, el 95,46% del dinero público comprometido por el Gobierno fue a los bolsillos de los empresarios, y sólo un 4,54% fue destinado para las clases populares y la clase obrera.

Otros compromisos de este Gobierno como son la derogación Ley Mordaza, la regulación del precio del alquiler o la subida del precio de la luz siguen sin tener solución alguna, empobreciendo materialmente a la clase trabajadora y dificultando además su derecho a la manifestación. En las calles hay cada día más policía y en las manifestaciones se producen cargas policiales, identificaciones, detenciones etc. cada vez con más frecuencia.

¿Porqué CCOO y UGT firman este y otros retrocesos contra la clase obrera? Porque han recibido del estado 74 millones de euros en la última década. Recordemos que el Ministerio de Trabajo y Economía Social incrementará este año más de un 56 % la partida para subvencionar a los sindicatos, al pasarse de 8.878.123,74 a 13.883.890 euros. Es decir, los sindicatos cobran una auténtica millonada del Estado en forma de subvenciones, que puede ser aumentada o disminuida por decisión del consejo de ministros, por lo que buena parte de los ingresos de estos sindicatos depende n de sus “buenas relaciones” con el Estado.

El sindicalismo amarillo y vendido de CCOO y UGT, que firman retrocesos como este sin inmutarse lo más mínimo a cambio de cuantiosas sumas de dinero, debe ser combatido por la clase trabajadora hasta acabar con el. Hoy, los trabajadores y trabajadoras necesitamos más que nunca un sindicalismo de clase y combativo, alejado de las subvenciones del Estado y de los liberados y liberadas sindicales, que vivan y sufran junto con los compañeros y compañeras en su puesto de trabajo.

Un sindicalismo adherido a los principios de la Federación Sindical Mundial: militante, combativo, internacionalista, antiimperialista, solidario e igualitario que se nutra de los elementos más honrados y decididos de cada centro de trabajo para la defensa del conjunto de la clase obrera.

Un sindicalismo que de la batalla para repeler las constantes agresiones de la Patronal contra la clase trabajadora y que luche por la superación de un sistema que solo trae miseria y atrocidades a la clase trabajadora, con salarios cada vez más bajos, precariedad e inestabilidad en los puestos de trabajo y pensiones cada vez más bajas y de difícil acceso.

Por todo ello, hacemos un llamamiento a la clase obrera a fortalecer las filas del sindicalismo de clase y, también, hacemos un llamamiento a los y las trabajadores y trabajadoras conscientes, que aún puedan quedar en los sindicatos verticales del Estado (CCOO-UGT) a que rompan el carnet de esas organizaciones traidoras y pasen a fortalecer las filas del sindicalismo de clase que cuestiona este sistema totalmente reaccionario y nocivo para nuestra clase, la obrera, la trabajadora.

¡¡LOS DERECHOS NO SE VENDEN, SE DEFIENDEN!!

¡LA ÚNICA LUCHA QUE SE PIERDE ES LA QUE SE ABANDONA!

Alternativa Sindical de Clase, 3 de julio de 2021

    www.sindicatoAST.org                    [email protected]

    Tel: 91 5271808

 

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